5/06/2017

Las consecuencias de la libertad en las contrataciones.

  La fuente de todas las discriminaciones laborales es la libertad del empresario para contratar a sus trabajadores. Así si se contrata a jóvenes discrimina laboralmente a los mayores, si contrata a mujeres discrimina a los hombres, si contrata a emigrantes discrimina a los nacionales...

  El empresario crea por tanto las discriminaciones con sus preferencias a la hora de contratar, y excluye socialmente a quien discrimina.

  Las mujeres en los pueblos, donde solo hay faenas agrícolas, son un ejemplo de colectivo discriminado laboralmente porque el empresario agrícola contrata con preferencias a hombres. Las mujeres deben emigrar de sus pueblos hacia zonas urbanas, huyendo de esa discriminación.

  Pero la discriminación laboral no es una fotografía fija, sino que es algo que no tiene límites y que va evolucionando con los intereses del empresario, creando en una situación de paro y contrataciones muy temporales cada vez más discriminación laboral.
  
  Los grupos discriminados laboralmente crean un espacios vacíos que los llenan los que se encuentran en situación económica difícil, los emigrantes o excluidos sociales. Emigrantes o excluidos sociales ya sean del propio país o extranjeros, que suelen entrar en conflicto con los discriminados laboralmente. Y de ahí que estén tan de moda la xenofobia. Porque además las contrataciones en discriminación laboral crean más discriminación laboral, y esto hay que ponerle fin.

  El modo de acabar con esta lacra social de la discriminación laboral es impidiendo la libre contratación del empresario. Las contrataciones deberían hacerse a través del INEM, previa petición del empresario. Y que el INEM garantice igualdad laboral entre todas las personas, para que los empleos cumplan una misión social.