9/22/2024

La atmósfera no es determinista.

 


Se dice que un sistema es determinista cuando de sus antecedentes se puede predecir consecuencias, el encadenado de causas y efectos. Cuando no se pueden predecir los efectos de unas causas el sistema es aleatorio.

La atmósfera al ser gaseosa tiene una movilidad muy grande, siendo a la vez ligera y estando dentro de un planeta que gira alrededor del Sol, una estrella que lo calienta.

La Tierra tiene un movimiento de rotación sobre un eje que es casi perpendicular al plano de la eclíptica, el plano que determina en su movimiento alrededor del Sol.

El aire en la atmósfera esta sometido a 3 fuerzas variables en todo momento y lugar, que unido a que es un sistema esférico cerrado provoca que cuando se produce un movimiento se produzca inmediatamente el movimiento contrario que lo compensa. Esto es, si hay viento hacia el sur el norte no se puede quedar vacío de aire, de alguna manera tendrá que llegar el aire de nuevo al norte, esta vez con viento del sur.

Estas 3 fuerzas variables que se producen en parejas opuestas hacen que la atmósfera sea muy variable, aleatoria.

Todos estos movimientos tienen una energía involucrada que se mueve a la velocidad de luz, tanto la que llega del Sol como la que sale de la Tierra, por lo que la fuerza impulsora se puede perder rápidamente al espacio ralentizándose o deteniendo.

Las 3 fuerzas impulsoras del aire en la atmósfera son las siguientes.

El arrastre de la parte sólida de la Tierra por la rotación a la atmósfera, se produce viento del oeste, es la corriente en chorro. Como el agua en una tubería la velocidad en las paredes del tubo es cero, pero va aumentando su velocidad a medida que nos alejamos de las paredes.

En la atmósfera la velocidad del aire que toca el suelo se hace cero, y va aumentando a medida que nos alejamos del suelo. Pero la velocidad lineal de un punto de una esfera depende de la distancia a la que se encuentre del eje de giro, haciéndose máxima en el ecuador pero siendo cero en los polos terrestres.

La superficie de la Tierra tiene partes sólidas y líquidas, siendo el arrastre del aire más eficaz en las zonas sólidas, por lo que se el arrastre es mayor sobre los continentes que sobre los mares.

Teniendo en cuenta que el aire se mueve por diferencias de presión cuanta mas velocidad tenga mas presión tendrá en el ecuador y menos cuanto mas nos alejamos de él. Por eso tendrá una desviación hacia los polos, pero en altura.

La segunda de las fuerzas impulsoras es la energía electromagnética que irradia el Sol. El aire se calienta y asciende, y al llegar la noche no se calienta y se va enfriando.

La ascensión del aire caliente significa también descenso de aire para reemplazar al aire que ascendió, que inevitablemente tiene que ser el aire que reemplazó.

Estos movimientos verticales se añaden a los vientos anteriores, que si tenemos en cuenta que las velocidad son diferentes según latitud y la insolación también es diferente, la situación resulta ya compleja en la atmósfera, antes de añadir la tercera.

La tercera fuera impulsora del viento en la atmósfera es la aceleración de Coriolis. Esta aceleración, que es una fuerza, se pueden observar sus efectos cuando quitamos el tapón de un lavabo con agua, al vaciarse empieza a girar el agua.

Esta fuerza de Coriolis se produce en los movimientos verticales del aire, cuando el aire asciende gira en sentido contrario a las agujas del reloj, y cuando desciende en sentido de las agujas del reloj. Y en la atmósfera se dan a la vez si en una zona sube tendrá que haber otra en la que baje.

La fuerza de Coriolis es cero en el ecuador terrestre y máxima en los polos, que unidos a las otras dos fuerza compliquen aún más la dinámica de la atmósfera, y como se mueve el calor en ella, la termodinámica de la atmósfera.

Si consideramos que el eje de giro de la Tierra esta inclinado la insolación es variable. Si consideramos además que la Tierra tiene continentes y mares repartidos sin ningún orden, y que los continentes tienen relieves que alteran los vientos. Que hay zonas con hielos y nubes que reflejan la luz solar haciendo que llegue menos energía del Sol. Y si consideramos además que la actividad del Sol es variable. Puedo concluir que:

Es imposible predecir nada de la atmósfera, y menos predicciones de futuro. Por lo que el efecto invernadero, el cambio climático es un engaño. Cuando solo existen probabilidades de que ocurran lluvias, sequías, calor, frio, granizo, nieve o días de temperaturas agradables. Todo es posible y todo ha ocurrido ya y volverá a ocurrir.

Villanueva de la Serena, a 22 de Septiembre de 2024.