5/01/2011

Ya basta de entregar curriculums en empresas.

Las cifras del paro están próximas a 5 millones en España.
Esto es intolerable, pero no se ve que el gobierno haga nada por enmendar la situación. Dirán que las empresas privadas son las que deben crear trabajo, que si la reducción del gasto público impide la creación de empleo público y otras majaderias por el estilo. Son tan torpes que sólo saben leer por un solo libro!
No le importa al gobierno que detrás de muchos parados y paradas haya situaciones dramáticas. Que se tengan que buscar la vida para subsistir y que muchas y muchos no tengan la menor esperanza de que las cosas de los trabajos vayan a mejorar para ellos. Parece como si estuvieran invitando a la gente a emigrar como último y desesperado recurso.
Pero eso si, si las hipótecas no pueden pagarse el banco se queda con la vivienda, y si el remate de la subasta es inferior a la deuda hipotecaria le endosan la deuda al desahuciado , como deuda personal.
Si no tiene dinero para comer, va a la casa de algún familiar, busca comida en los desperdicios de un supermercado, roba, quizás encuentre a un empresario sin escrúpulos que lo explote como si fuera un esclavo o se hace de la economía sumergida, que no es más, en muchos casos, que hacer su propia autogestión del empleo.
Y además en el mercado laboral existen discriminaciones por lo que la cifra de 5 millones afecta a unos grupos de personas más que a otros por lo que las situaciones dramáticas se ceban especialmente sobre ellos, o mejor decir sobre ellas.
Y esto forma un círculo vicioso de desesperación porque la falta de trabajo supone una imagen peor y con mal aspecto no contratan a nadie porque dan mala imagen a la empresa.
Pero es posible la no discriminacion a la hora de escoger a un trabajador, que todas las contrataciones se pidan al INEM o al equivalente autómico,y la selección la realicen ellos, prohibiendo la contratación y selección directa de los empresarios.
Esto también provocaría la desaparición de la compentencia a la baja entre los trabajadores por un puesto de trabajo, y las condiciones y horarios fueran los recogidos en contrato pues no existiría el “favor” del contratador que pediría “favores” al contratado.
Villanueva de la Serena, a 1 de mayo de 2011.